De la Emoción a la Enfermedad

Cuando no tenemos en cuenta nuestras emociones, particularmente las negativas, muchas veces el cuerpo reacciona debilitando nuestra salud, amplificando nuestras fragilidades, focalizándose en nuestros problemas físicos anteriores o iniciando nuevos malestares físicos o enfermedades.

En este contexto la Regulación Emocional (RE) nos puede ayudar a resolver el problema o malestar físico auto-provocado, permitiendo que nuestro cuerpo se exprese en libertad y podamos recuperar la salud.

Podemos dividir nuestra reacción a las Emociones en tres niveles, en función del grado de conciencia que tengamos de ellas:

  • Emociones Conscientes: que se expresan debido a una situación externa o interna (aunque este caso normalmente proviene de una situación externa anterior) y que nos preparan para las 4 estrategias de supervivencia o reacción ante el peligro de que disponemos: Ataque, Huida, Inhibición y Toma de Control.
  • En función de nuestra capacidad de asumirlas y expresarlas libremente podremos gestionar la situación de peligro a la que nos enfrentamos. Pero en el día a día, en el entorno social/profesional en que vivimos puede ocurrir que tendamos a evitarlas, y quizás de forma reiterada, pudiendo en estos casos producirnos malestares físicos, trastornos varios o enfermedades, que además en la mayoría de los casos somos conscientes de ello.
  • Emociones Subconscientes: que también son la reacción a situaciones externas o internas pero que pasan desapercibidas por nosotros, ni siquiera somos conscientes de ellas y por tanto no podemos gestionarlas, ni asumirlas ni expresarlas y que pueden agredir nuestro cuerpo, de manara puntual o reiterada y conducirnos al malestar físico o enfermedad.
  • Estamos hablando de reacciones cutáneas, todo tipo de dolores (musculares, migrañas, tensiones,…), alergias, debilidad o propensión a enfermar, etc.
  • Emociones Cortocircuitadas: igualmente son reacciones a situaciones externas o internas pero en este caso nuestro subconsciente las cortocircuita, es decir, no permite que afecten a nuestro cuerpo y muchas veces se transforman en trastornos de comportamiento.
  • Así estamos hablando de toma de poder (controlar a los demás y a nosotros mismos), todo tipo de adiciones (tabaco, droga, trabajo, deporte, competición,…), reacciones compulsivas TC, trastornos obsesivos,…), procrastinación, tartamudeo, amnesia (pérdida memoria, hipersomnia,…) etc.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *