Hay una gran cantidad de situaciones de dolor muscular provocado por un malestar emocional. En este caso deberemos actuar sobre el estado emocional que lo provoca, es decir, debemos eliminar la causa principal, que pude ser un episodio de estrés, de ansiedad, o de miedo en general. Este malestar emocional puede que ya lleve una larga temporada instalado en nosotros o puede que sea más reciente pero de mayor intensidad.
Queda claro que si actuamos centrados en los síntomas, es decir, en el dolor muscular seguramente tendremos pocas posibilidades de éxito o como mucho eliminaremos el dolor pero aparecerá otro en su lugar o lo que es peor quizás un nuevo malestar físico más complejo.
El mecanismo del cuerpo es sencillo, delante de una situación repetida en el tiempo de estrés, ansiedad o miedo, el cuerpo se refuerza tensando una parte o lo que es lo mismo forzando una contracción o dolor muscular. Visto de otra manera podríamos decir que al no fluir la energía de forma natural a través de nuestro cuerpo se concentra y retiene en algún punto causando el dolor muscular.
A través de la Regulación Emocional Psicosomática conectaremos corporalmente con el dolor muscular durante la sesión y, a partir de esta conexión, deduciremos el malestar emocional que la desencadena. Para ello, el cuerpo y las distintas sensaciones somáticas nos irán guiando. Y es que el cuerpo lo sabe todo y lo registra todo.
Para conocer más las excelencias de la Regulación Emocional Psicosomática os remitimos a los TESTIMONIOS.