El Principal Obstáculo (“No Ordinary Moments” – Dan Millman)
Podemos sentirnos tan guapos o atractivos como un modelo o como una estrella de película, podemos creer que poseemos un gran intelecto, podemos venir de una familia adinerada, o desarrollar las habilidades de un atleta, pero a menos que superemos los sentimientos de falta de amor propio nuestras vidas no pueden ir bien o no podremos sentir satisfacción – porque no dejaremos que eso pase.
Debemos hacer una ligera distinción aquí entre la autoestima y la autovaloración. Podemos sentir considerable autoestima sobre nuestras cualidades específicas como la apariencia, nuestras habilidades físicas, o nuestra Inteligencia.
Pero hasta que no llegamos a aceptarnos incondicionalmente a nosotros mismos como personas dignas, en el fondo hasta que no nos sentimos como una persona buena, merecedora y digna de éxito, de abundancia, de paz, de felicidad, de amor, haremos alguna de estas dos cosas:
1.- Sabotearemos nuestros propios esfuerzos o de otro modo evitaremos su realización. Elegiremos o crearemos puestos de trabajo de baja remuneración, relaciones difíciles, y problemas de dinero (no importa lo mucho que nos esforzamos). Nos sabotearemos a nosotros mismos mediante el uso de drogas, nos haremos daño o estaremos enfermos, huiremos, o caeremos en conductas que atentan contra nuestro éxito o nuestra felicidad.
2.- Tendremos problemas para recibir la energía, la alabanza de otros, o que la gente nos sirva o nos ayude. Si finalmente llegamos a tener éxito, nos sentiremos incómodos con él o no lo podremos disfrutar; por tanto, es posible que volvamos al ciclo de sabotaje de nosotros mismos, de nuestras relaciones, y nuestros puestos de trabajo parecerán autodestructivos ante nuestros ojos.
Nosotros no hacemos estas cosas conscientemente. Nuestro Yo Consciente puede sentir entusiasmo con las nuevas oportunidades y desear el éxito. Sin embargo, ya que las sensaciones de falta dignidad vienen de nuestra programación infantil, nuestro Yo Básico siente la incomodidad y crea automáticamente el sabotaje, dejando a todo el mundo, incluidos nosotros mismos, preguntándose ¿por qué actuamos como lo hacemos?